(foto: Disturbios en Trípoli. Página web del diario abc)
La historia continúa. En esta ocasión la mecha ha encendido Libia. Allí la lucha de los ciudadanos por terminar con el régimen dictatorial y opresor que, desde hace 42 años, ostenta Muamar el Gadafi, está resultando brutalmente sangrienta.
Desde que comenzara la revuelta, hace una semana, la cifra de muertos podría ascender a más de 300, según datos ofrecidos por la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), mientras que desde la organización Human Rights Watch (HRW) manejan una cifra que no supera los 233 fallecidos. En cualquier caso, un dato estremecedor que muestra la falta de escrúpulos del líder Libio, pues Gadafi no ve otra solución que reprimir las protestas mediante bombardeos.
Ante esta campaña de terror que está sacudiendo Libia, muchos “seguidores” de Gadafi, entre ellos el ministro de Justicia Mustafa Abul Jalil, están abandonando el apoyo al líder ante el excesivo uso de violencia contra la población
Un país en el que tanto la información como las comunicaciones están herméticamente controladas. Si bien, durante los últimos días, las fuerzas de seguridad libias detuvieron a varios activistas que habían vertido en Internet sus críticas contra el régimen, y respaldado los cambios que se estaban produciendo en el mundo árabe, según informan desde ANHRI. Ayer, sin ir más lejos, quedaron suspendidos vuelos, debido a problemas en el aeropuerto de Trípoli, que se dirigían a España y que tenían previsto su llegada para esta tarde. En ese mismo aeropuerto muchos españoles llevan días encerrados y esperando que el Gobierno Español envíe aviones para repatriarles y liberarles de la situación de angustia en la que se encuentran desde que estallara el conflicto. Este mismo martes, la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, ha manifestado que desde su gabinete están trabajando "intensamente" para localizar a los españoles que se encuentran en Libia y quieren salir del país.
Esta misma tarde, el líder libio se ha pronunciado en un discurso de más de una hora de duración, en el que, con un tono desafiante, ha hecho uso de la demagogia culpando de lo que está ocurriendo en su país a las cadenas televisivas, de las que ha dicho “distorsionan la realidad y trabajan para el diablo”; también a Estados Unidos, “Los mismos que han destrozado Irak, Afganistán, Somalia... son los que han entrado ahora en Libia”; y a la comunidad internacional. “Este es nuestros país y el país de nuestros abuelos. No vamos a dejar que lo destruyan” ha dicho refiriéndose a los medios de comunicación y a la comunidad internacional.
(foto: Gadafi durante el discurso. AFP/Getty Images. página guardian.co.uk)
Pero también ha enviado un contundente mensaje a los manifestantes, pues todos aquellos que “faciliten datos a un gobierno extranjero serán ejecutados”.
Además, tal y como se puede leer en Al Jazeera, ha expresado que no “abandonará y morirá como un mártir en su país”. Sorprende la frialdad en unas declaraciones en las que asegura no haber ordenado, todavía, el uso de la fuerza. “Todavía no he ordenado disparar una bala, cuando lo haga todo arderá” ha zanjado, en un discurso al que seguro le seguirá la polémica.
Cristina Muñoz.
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