martes, 29 de marzo de 2011

Natalie Portman no baila

(Natalie Portman en la premiere de Cisne Negro en el Festival de Cine de Toronto 2010. Creative Commons Attribution)


O eso dicen. Y es que ahora, un mes después de alzarse con el Oscar (y el Globo de Oro) a la Mejor Actriz por su interpretación en Cisne Negro, sale a la luz que Natalie Portman no hizo un solo paso de baile en el film. Es más, la que se supone fue su doble durante el rodaje, Sarah Lane una bailarina profesional del American Ballet Theatre, ha aclarado que ella hizo el 95% de las tomas en las que se veía a la actriz bailando, dejando un triste 5% en el que Portman sí habría hecho algún giro sin la ayuda de nadie. Lo que sí añade Sarah es que los brazos y la cara son los de la actriz y dice que la cara se añadió digitalmente, pero según comenta, los pies y los movimientos no son de ella. Ha destacado además, que todo esto es degradante para la profesión ya que lo que se tarda 22 años en aprender, pueda alguien hacerlo en un año.

Estas declaraciones no supondrían nada más, si no fuera porque el Oscar que recibió Natalie fue por su gran preparación y, claro está, por su fabulosa interpretación, de la que no hay duda alguna.

A esta polémica se ha sumado el director del film, Darren Aronofsky, quien ha defendido enérgicamente a la actriz. Su verdad se basa en las tomas rodadas por Portman, 111 de 139 escenas de baile, 111 realizadas por la intérprete sin doble alguno, y ha aclarado que las 28 restantes sí han sido realizadas por la doble. Aunque ha defendido a la actriz, no ha negado que dos de las secuencias de baile de la película son muy complicadas por lo que sí tuvieron que utilizar el cambio de caras digitalmente.

Ante esta aparición, en la que parece se pretende dejar a Portman por los suelos, muchos se preguntan si es válido el galardón que la eleva a Mejor Actriz de este 2011. Otros dudan de que Sarah no padezca ese síndrome de Cisne Negro, que como bien muestra el film saca lo peor de algunos bailarines que son relegados a un segundo plano.

Puede que Natalie debiera haber hecho una audición ante el jurado para demostrar lo que puede y no puede hacer. Pero baile o no baile como una profesional lo que no se puede negar es el gran papel que hace la actriz en la película pasando de una dulzura extrema a la maldad personificada, dos elementos esenciales en el film, y esenciales, sobre todo, para que un actor o actriz se merezca un Oscar.


Cristina Muñoz Fritsch.

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